Los escasos seguidores fieles de este blog ya se habrán dado cuenta a estas alturas de que en esta modesta redacción somos aficionados a ciertas «ciencias flojas»[1] como la Historia, la Política o la Sociología. Como ya estamos llegando al final y somos solo cuatro gatos, nos vamos a permitir confesarles que además tenemos un foco de interés un tanto «friqui» sobre unos fenómenos muy concretos dentro de la vida de las sociedades y sus regimenes políticos: los desfiles, manifestaciones y rituales de celebración, reivindicación o adhesión propios de cada uno de ellos.
Como máximos ejemplos de estas manifestaciones y desfiles nos gusta destacar, por supuesto, acontecimientos como los congresos de Núremberg del régimen nacionalsocialista, o los desfiles del 9 de mayo, Día de la Victoria, en el régimen soviético. Todos los regimenes políticos establecidos, sea cual sea su ideología fundacional, tienen sus actos equivalentes a estos. También los aparentemente desmovilizados regimenes de los Estados Sociales y Democráticos de Derecho de Europa Occidental los tienen, aunque por supuesto sin poder llegar a la maravillosa coherencia interna, planificación detallista, elegancia y homogeneidad en la ejecución de esos dos grandes exponentes. Pero bueno, lo que cuenta es la intención, ¿no?
Si nos centramos precisamente en «nuestra casa», en las manifestaciones de celebración, reivindicación o adhesión dentro del Régimen del 78 en todos sus territorios tras el periodo de Transición® , caben destacar tres periodos, principalmente:
-Entre mediados de los 80 y principios del siglo XXI, las principales manifestaciones de adhesión tenían como motivación el fénomeno del «conflicto vasco». Así tenemos las grandes manifestaciones contra el terrorismo de E.T.A. y por la «Unidad de los Demócratas» en España y las que se produjeron en el País Vasco a favor de «los presos» y de la independencia de Euskalherria.
– El apaciguamiento del conflicto anterior (por K.O. técnico de E.T.A.) coincidió además con una época de bonanza económica dentro del Régimen del 78, cuyos efectos duraron hasta que la crisis de 2008 se hizo ya imposible de ignorar por la población del R-78. Las manifestaciones entre 2010 y 2013 pasaron a ser de desafección más que de adhesión, especialmente en Cataluña. Los políticos y líderes sociales del R-78 en Cataluña vieron entonces la oportunidad y conveniencia de fomentar los desfiles y manifestaciones rituales de adhesión independentista como forma de combatir estas tendencias de desafección (con el bono adicional de la ocasional contramanifestación de adhesión a la Unidad de España fuera de Cataluña). Desafortunadamente, la cosa se fue «un poco de las manos» y acabamos con los acontecimientos tan sorprendentes y un tanto chuscos del último trimestre de 2017, empezando por los sucesos del famoso «1 de octubre» (que curiosamente, también había sido un día típico de manifestaciones de adhesión en el Régimen Franquista anterior).
-En el periodo actual, (desde 2018), inmediatamente después de los preocupantes acontecimientos del 4T-2017, todas las fuerzas vivas [2] del R-78 (partidos políticos, instituciones oficiales, banca, monarquía, iglesia, etc.) y todos sus medios de comunicación de masas, centraron sus esfuerzos en promocionar un nuevo motivo de manifestación para la celebración, reivindicación y adhesión dentro del Régimen: la denominada «Huelga Feminista del 8 de marzo», que en solo dos años ya está prácticamente institucionalizada como nuevo ritual del R-78.
Pero dejando todo este «rollaco» que les hemos soltado a un lado llega el momento, como ya hicimos en nuestro seguimiento de los actos del 1º de octubre de 2017 (¿se acuerdan de esos patrióticos gitanos animando a la Policía Nacional y la Guardia Civil?), de escoger nuestro momento favorito de las celebraciones y manifestaciones del viernes 8 de marzo pasado.
En este vídeo que les enlazamos a continuación podremos contemplar un curioso incidente ocurrido en la manifestación de Madrid entre «feministas racializadas» y «feministas blancas«, cuando estas últimas quieren recriminar algo a las primeras, invadiendo descortésmente su «espacio seguro»:
¿Eres racializada? No, pues fuera de aquí, blanca.
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