Perdón, quise decir, San Valentín. Es que en este blog, siempre tan viejuno, a la par que contemporáneo, nos acordamos de la vieja creencia popular hispana de que el «Dia de los enamorados» celebrado en la onomástica de San Valentín fue introducido en España por el sagaz empresario astúr-cubano Pepín Fernández, el fundador de los primeros Grandes Almacenes españoles, Galerías Preciados. Sin embargo hemos de aclarar que tal creencia no es del todo exacta.
La festividad del «dia de los enamorados» fue importada en España a partir de que esta se convirtiese, en 1953, en una colonia militar USAna más, de las tantas que adquirieron por el mundo los americanos después de la II Guerra Mundial. Junto con Las Bases, la leche condensada, la Coca-Cola, la necesaria legitimación internacional de El Régimen Anterior, el material de desecho de la guerra de Corea y tantas cosas útiles más, los americanos traen consigo sus fiestas comerciales más populares, incluyendo la de San Valentín.
Los anuncios con temática «Dia de los enamorados» más antiguos que he podido encontrar. El primero, aunque no se menciona para nada la festividad ni la fecha, fue publicado en La Vanguardia en su edición del dia 14 de febrero de 1956. El segundo fue publicado en la misma fecha en el ABC de Madrid, y creo que es el primer anuncio publicado por Galerias Preciados promocionando ese dia:
Una lavadora automática en un hogar español de 1956: eso sí es amor
Hoy su regalo tendrá espiritualmente más valor, ¡oiga!
Bien es verdad que esta fiesta se popularizó muy rápidamente en Expaña (al contrario que otras que tardaron más en hacerlo, como la de Halloween) gracias sobre todo a dos populares películas de temática sanvalentiniana y a las campañas publicitarias primero de Galerías Preciados y luego de El Corte Inglés, que rápidamente vieron las amplias posibilidades comerciales de tan romántica fecha.
Desde este blog, siempre considerado con las necesidades del deprimido PIB expañol, animamos a los jóvenes (y no tan jóvenes) enamorados a gastarse los cuartos en los comercios para comprar el obligado regalo que procede en esta festividad. Incluso aunque por la crisis haya quien tenga que recurrir al mercado de «segunda mano»; que cada uno regale lo que pueda en función de sus económicas posibilidades, pero que consuma y regale, ¡leches! (condensadas o no.)
(Para los que tengan reparos en regalar productos de segunda mano aunque no puedan comprar productos nuevos por sus escasas posibilidades pecuniarias: ¿Acaso su novio o novia es «de primera mano«? ¿Eh? ¡Pues entonces, ya saben!)
Desempático Blog 
Muy bueno el articulillo